Los derechos de pago básico de la PAC pueden llegar a ser una parte esencial en los ingresos de una explotación. En España existen 50 regiones con 316 comarcas.
A diferencia de Europa, en España se mantienen los derechos históricos y, lejos de converger en todo el país, se han creado 50 regiones artificiales con valores medios que van de 60 a 1.430 euros. El valor medio de los derechos de pago básico es de 113,64 € en tierras con cultivo permanente.
¿Por qué esta segmentación?
En vista de la resistencia de los Estados miembros a cambiar las diferencias de valor entre derechos, en 2013 se acordó una nueva reforma para acercar derechos con valor más bajo a derechos con valor más alto; la convergencia. Esta reforma entró en vigor en 2015. Lejos de converger desde el derecho más alto hacia el más bajo en toda la superficie subvencionable, en España se crearon 50 regiones artificiales (no se corresponden con territorios administrativos sino que pueden pertenecer a una misma región hectáreas de cualquier punto de la geografía española) agrupadas según criterios el potencial agrícola y la estructura administrativa; de esta manera los derechos de pago único, pasaron a llamarse pago básico, y siguieron basados en lo recibido en el pasado.
Las regiones se reparten según cuatro tipologías (regadío, secano, cultivo permanente y pasto permanente). La convergencia entre los derechos más altos y los más bajos se hace dentro de cada región, no entre regiones. Eso supone diferencias enormes a nivel país ya que una región que tiene un pago básico medio por hectárea de 60 euros y ese es su horizonte de convergencia para quien tenga un valor por derecho inferior, y otra que tiene de media 1.430 euros por hectárea, y es hacia esa media hacia la que convergen quienes tengan un valor por derecho más bajo. En la práctica, además, cada media obedece de nuevo a unas amplísimas horquillas dentro de cada región.
En número le siguió Alemania, que partió de 13 regiones en 2015 para converger en una en 2019. El resto de países como mucho escogió un modelo de tres regiones, acogiéndose la mayoría a una única región lo que marca una clara diferencia con la división española.